6 jul 2025

Pico de Los Infiernos




La Travesía de los Tres miles: De Bachimaña a Casa de Piedra

Tras una semana de intensa tensión en el valle por las tormentas, la expedición estuvo a punto de naufragar. Un derrumbe en la carretera que lleva a Baños de Panticosa nos dejó en jaque hasta el último momento. Sin embargo, las labores de limpieza obraron el milagro, permitiéndonos el acceso y dando luz verde a la aventura.

La noche del sábado, el grupo pernoctó en el Refugio de Bachimaña, un punto estratégico para afrontar la dura jornada que nos esperaba. El amanecer del domingo trajo consigo el repicar de los despertadores a las 6:00 de la mañana y, después el desayuno era la hora de ponerse en marcha. El grupo A, el de los tres miles, se preparó con cuidado, mientras el resto del equipo, el grupo B, se alistaba para una ruta alternativa más relajada.

Ascenso por los Ibones y la Cresta de los Infiernos

Con los equipos bien ajustados y la ilusión a flor de piel, el grupo A inició la marcha. Siguiendo el track del GPS, la senda nos llevó primero a los Ibones Azules, cuyas aguas  regalaron un espectáculo de reflejos cristalinos. Desde allí, el camino se volvió más exigente, ascendiendo hacia el Collado del Infierno. A partir de este punto, la ruta se convirtió en una verdadera prueba de habilidad y resistencia.

La cresta les esperaba con sus trepadas y destrepes, un baile vertical entre rocas que nos condujo a los imponentes Picos de los Infiernos. Coronamos el Pico Occidental, superaron el paso de la Marmolera, y continuamos hacia los Picos Central y Oriental, enlazando cada cumbre con la siguiente. El esfuerzo fue titánico, pero la recompensa incomparable: desde la altura, el Pirineo se desplegó  un panorama fascinante. Las vistas panorámicas de otros picos, valles y los bellísimos Ibones de Terrabay, Pondiellos, superior e inferior, justificaron cada paso dado.

El Descenso y el Reencuentro

Con los tres miles a la espalda y los recuerdos de la cresta grabados, comenzó el descenso. La ruta les llevó por los collados de Siretas y Pondiellos, donde el terreno, aunque menos técnico, exigía máxima concentración.

El camino fue perdiendo altitud hasta que, finalmente, avistaron el destino final: el Refugio de la Casa de Piedra, en los Baños de Panticosa. Allí esperaban los compañeros del grupo B para celebrar juntos la culminación de la jornada. Un merecido descanso en un entorno idílico que puso el broche de oro a una travesía inolvidabe

                       






Ruta alternativa: Ibones Azules desde Bachimaña

Esta ruta, ideal como plan B, comienza en el refugio de Bachimaña. El equipo parte un poco más tarde que el grupo que sube a los picos del Infierno.

El recorrido bordea el ibón de Bachimaña y continúa hasta los Ibones Azules. Aunque no es una ruta tan exigente como la ascensión a los picos, presenta sus propios desafíos. El terreno de pedregal y el descenso pueden ser duros para las rodillas y los tobillos, por lo que es crucial avanzar con precaución y tomárselo con calma.

La ruta de regreso pasa por el ibón de Arnales y finaliza en la Casa de Piedra. Aquí, el equipo se encontrará con sus compañeros que descienden de los picos, compartiendo el final de una gran jornada montañera.