Nuestra primera aventura del año nos llevó a las alturas de Candanchu - Sansanet con las raquetas de nieve listas para la acción. Las expectativas eran altas, pero la realidad nos presento un desafío: la escasez de nieve. Sin desanimarnos, decidimos adaptar nuestro plan y explorar los limites de la frontera disfrutando de la belleza del paisaje invernal. Aunque no pudimos llegar a nuestro destino original, la experiencia de calzarnos las raquetas y sumergirnos en la naturaleza fue una recompensa en si misma . Un domingo inolvidable que nos recordó la importancia de adaptación y la capacidad de encontrar aventuras en cualquier circunstancia.
La moraleja ésta en que <<no importa sino conseguimos nuestro objetivo, y el recorrido fue más corto de lo previsto>>, la sensación de paz y libertad que experimentamos fue inigualable. un domingo perfecto la recargar la energía y comenzar el año con buen pie.