El día amaneció muy bien y solo se esperaba la posibilidad de lluvias débiles a media tarde, el espacio ideal, esto se planteaba como un bonito día.
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La idea atrajo a varios miembros y amigos del club de montaña
Aunque en esta época el caudal el caudal es menor que en otras estaciones siempre resulta fascinante.
Cascada del Estrecho

Cascada de la Cueva.
El encanto de las gradas de Soaso.

Pero lo que era probable se convirtió en certeza y antes de tiempo, lo que nos impidió disfrutar del entorno y tener que emprender antes el regreso bajo una llovizna que no nos abandono durante toda la bajada.
Lástima que además de la magia de Ordesa tambien nos acabase calando el agua.
¡¡ Hasta la próxima, seguidores !!