9 nov 2025

Surgencia del Yaga y puente de los Mallos



Este domingo 9 de noviembre, un reducido

pero valiente grupo de nuestro club se desplazó hasta las inmediaciones de Escuaín, la joya menos conocida del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, para enfrentarse a una de sus rutas circulares más emblemáticas: la que recorre la espectacular Faja Cazcarra y el icónico Puente de los Mallos.



La jornada estuvo marcada por el desafío y la belleza salvaje de la Garganta del río Yaga. La ruta nos llevó a través de sendas aéreas que pusieron a prueba nuestra destreza y compañerismo.

🧗 Puntos Calientes de la Ruta

  • Surgencia del Yaga: Las vistas de la espectacular surgencia, donde el río


    Yaga brota de la roca, nos sirvieron de bienvenida y recordatorio de la fuerza de la naturaleza.

  • Adrenalina en la Faja: El tramo clave fue, sin



    duda, la Faja Cazcarra. Tuvimos que superar pasos expuestos equipados con cables y cadenas, lo que añadió un toque de emoción y concentración máxima.

  • Atención al equipamiento: Queremos destacar la precaución que tuvimos al cruzar ciertas zonas. El grupo notó que algunas tablas ancladas en la pared


    rocosa
    (utilizadas como pasarela) no se encuentran en un estado óptimo, requiriendo un apoyo extra y extremar las precauciones en cada paso.

  • El Descenso Complicado: La zona de bajada hacia el final de la circular (en el tramo que conecta con Revilla o


    similar) presentó un terreno algo inestable, con fuerte pendiente y piedra suelta, lo que hizo que la atención y el buen calzado fueran vitales.

A pesar de las dificultades técnicas y los puntos que exigieron cautela, logramos completar el circuito a un buen ritmo, disfrutando del paisaje único del cañón.

Tras casi seis horas de aventura, llegamos al punto de partida en Escuaín contentos, satisfechos y con la mochila llena de recuerdos imborrables. ¡¡¡Una ruta altamente recomendable!!!








5 oct 2025

Vía Ferrata de Iserías (Canfranc Estación) Cascada de las Negras (Canal de Izas)

 


 
Carteles informativos en todo el recorrido 

Desafío y Vistas en Canfranc: ¡Conquista de la Vía Ferrata Pared de Iserías!

Este domingo, la aventura nos llamó a las alturas de Canfranc-Estación. Siete valientes de nuestro club nos enfrentaron a la Vía Ferrata Pared de Iserías (K3+), una ruta aérea que puso a prueba la determinación de todos.

A pesar del frío matinal y el viento reinante, superamos con éxito a través de los puntos más emblemáticos y llenos de adrenalina de esta conocida ferrata. La ascensión estuvo marcada por la superación de cuatro obstáculos clave, donde el viento supuso un desafío extra:

Si bien la emoción fue la tónica dominante, cada uno gestionó la adrenalina a su manera. ¡Quién suscribe decidió reservar las fuerzas y optar por el camino seguro, dejando el Péndulo opcional de lado para continuar con el siguiente desafío vertical!






Plan B: Senderismo y Tranquilidad en la Canal de Izas


Mientras el equipo aéreo conquistamos  la roca, un segundo grupo disfrutaba de un magnífico Plan B de senderismo. La ruta elegida fue un agradable recorrido lineal (ida y vuelta) por la canal de Izas, hasta la Cascada de las Negras

Partiendo desde el parking pegado a la carretera, ascendieron por el sendero al Coll de Ladrones, el grupo disfrutó de un paisaje típicamente pirenaico, pasando junto a un pequeño embalse y con las impresionantes fajas de Iserías como telón de fondo. La compañía la pusieron las vacas que aún pastan en la zona, ajenas a la proximidad del invierno, creando una estampa rural memorable.



Broche de Oro

Con las mochilas vacías de agua y llenas de vivencias, ambos grupos nos reunimos al finalizar las actividades para rematar la jornada como mejor sabemos: con una excelente comida en un restaurante de la zona. Un final perfecto para una doble jornada de montaña que combinó el

esfuerzo vertical con el disfrute de los paisajes del Pirineo aragonés.¡Hasta la próxima aventura!



28 sept 2025

Artierda, Urdués de Lerda ( compartida con el club Aire libre)

 

Artieda a Urdués: Una Aventura Acuática en el Camino Aragonés







¡Menudo día de montaña y compañerismo vivimos este fin de semana! Desde nuestro club, y en una emocionante actividad compartida con los amigos del club Aire Libre, nos lanzamos a recorrer un tramo del Camino Aragonés de Santiago, concretamente el trayecto que une Artieda con Urdués de Lerda.

La mañana comenzó con la vista puesta en el cielo... y la verdad es que pintaba inquietante. La previsión de lluvia era muy alta, y todos sabíamos que en este tipo de jornadas, la naturaleza siempre tiene la última palabra. Aun así, la energía del grupo era fantástica y salimos con el optimismo por bandera.


El camino no tardó en ofrecernos postales espectaculares. Tras dejar atrás Artieda, llegamos a Ruesta, ese pueblo que te transporta a otra época. Pasear junto a su magnífico castillo medieval, aunque un tanto deteriorado por el tiempo y, seamos sinceros, por la dejadez administrativa, siempre te deja sin aliento. Es una pena verlo así, pero su belleza decadente es innegable.


Entre el Asfalto, el Bosque y el Diluvio

El recorrido fue de contrastes. Combinamos tramos de carretera con un maravilloso paseo por un bosque denso y sombrío, un auténtico manto verde. Nos adentramos entre quejigos, pinos y musgo, disfrutando de ese ambiente húmedo y fresco que tanto agradecen los sentidos. Desde allí, las vistas al embalse de Yesa eran una constante, aunque en estas fechas los niveles bajos de agua eran un recordatorio más de lo caprichosa que es la climatología.

Todo iba sobre ruedas, disfrutando de la  conversación y el paisaje, hasta que llegamos a la mitad del recorrido. Los augurios del cielo se hicieron, por fin, realidad.

En plena subida, una auténtica tromba de agua nos pilló de lleno. No se anduvo con rodeos. Tuvimos que sacar los chubasqueros a toda prisa, sin un solo sitio donde guarecernos, y con la sensación de estar protagonizando nuestra propia película de aventuras bajo la lluvia.


Meta Empapada, Corazón Contento

A pesar del chaparrón, la moral del grupo nunca decayó. Mojados hasta los huesos pero con una sonrisa (y un poco de barro), seguimos la marcha. El destino era Urdués de Lerda, y por suerte, al llegar, el cielo decidió darnos una tregua y comenzó a aclarar.

Una vez en Urdués, nos dimos el merecido descanso. Momento de reponer fuerzas con la comida y un refrigerio que, después de la ducha natural, supo a gloria.

Dimos por concluido así este precioso y, por qué no decirlo, memorable tramo del Camino de Santiago. La lluvia fue el ingrediente inesperado que convirtió una simple ruta en una aventura compartida que, sin duda, ¡recordaremos!




















6 sept 2025

Basaran, Escartin por el puente D' as Cabras

 


Ruta al Sobrepuerto: Bergua, Escartín y el Puente d'as Cabras

La magia de los Pirineos aragoneses siempre nos llama, y este fin de semana la respuesta fue una inmersión en la historia y la naturaleza del Sobrepuerto. Nuestra aventura, una ruta circular que une los pueblos abandonados de Bergua, Escartín y Basarán, fue una de esas experiencias que te recuerdan por qué amamos la montaña.


Un cambio de planes por culpa del tiempo

Nuestra planificación inicial marcaba el domingo 7 como el día de la excursión, pero la previsión meteorológica nos dio un aviso: lluvias y fuertes vientos se acercaban a la zona. Para no quedarnos con las ganas, decidimos adelantar la salida al sábado 6, y fue una decisión más que acertada. Salimos temprano, con un sol radiante que nos acompañó durante todo el recorrido y un ambiente perfecto para caminar.


Un recorrido por la historia

La ruta, de aproximadamente 14 kilómetros y un desnivel de 600 metros, nos llevó por paisajes de ensueño. Comenzamos en el pintoresco pueblo de Bergua para adentrarnos en un frondoso bosque que nos conduciría a un lugar emblemático: el Puente d'as Cabras. Este puente medieval, que cruza el barranco de Forcos, es una verdadera joya de la arquitectura tradicional.

Tras cruzarlo, el camino ascendió entre senderos bien marcados hasta las ruinas de Escartín. Paramos un rato para explorar sus casas de piedra, imaginando la vida de quienes las habitaron. Las vistas desde aquí son espectaculares. El último tramo nos llevó a Basarán, otro pueblo abandonado que parece detenido en el tiempo, con su iglesia de estilo románico como testigo mudo de un pasado de esplendor.


Un éxito para todo el equipo

A pesar de los desafíos del terreno, la ruta fue satisfactoria para todos los integrantes del grupo. No hubo percances y el compañerismo fue la clave para disfrutar al máximo. Las risas, el sonido del río y el silencio de los pueblos abandonados se mezclaron en un día inolvidable. Al final del recorrido, todos teníamos una sensación de logro y la certeza de que el esfuerzo había merecido la pena ¡Nos vemos en el próximo camino!.

 







6 jul 2025

Pico de Los Infiernos




La Travesía de los Tres miles: De Bachimaña a Casa de Piedra

Tras una semana de intensa tensión en el valle por las tormentas, la expedición estuvo a punto de naufragar. Un derrumbe en la carretera que lleva a Baños de Panticosa nos dejó en jaque hasta el último momento. Sin embargo, las labores de limpieza obraron el milagro, permitiéndonos el acceso y dando luz verde a la aventura.

La noche del sábado, el grupo pernoctó en el Refugio de Bachimaña, un punto estratégico para afrontar la dura jornada que nos esperaba. El amanecer del domingo trajo consigo el repicar de los despertadores a las 6:00 de la mañana y, después el desayuno era la hora de ponerse en marcha. El grupo A, el de los tres miles, se preparó con cuidado, mientras el resto del equipo, el grupo B, se alistaba para una ruta alternativa más relajada.

Ascenso por los Ibones y la Cresta de los Infiernos

Con los equipos bien ajustados y la ilusión a flor de piel, el grupo A inició la marcha. Siguiendo el track del GPS, la senda nos llevó primero a los Ibones Azules, cuyas aguas  regalaron un espectáculo de reflejos cristalinos. Desde allí, el camino se volvió más exigente, ascendiendo hacia el Collado del Infierno. A partir de este punto, la ruta se convirtió en una verdadera prueba de habilidad y resistencia.

La cresta les esperaba con sus trepadas y destrepes, un baile vertical entre rocas que nos condujo a los imponentes Picos de los Infiernos. Coronamos el Pico Occidental, superaron el paso de la Marmolera, y continuamos hacia los Picos Central y Oriental, enlazando cada cumbre con la siguiente. El esfuerzo fue titánico, pero la recompensa incomparable: desde la altura, el Pirineo se desplegó  un panorama fascinante. Las vistas panorámicas de otros picos, valles y los bellísimos Ibones de Terrabay, Pondiellos, superior e inferior, justificaron cada paso dado.

El Descenso y el Reencuentro

Con los tres miles a la espalda y los recuerdos de la cresta grabados, comenzó el descenso. La ruta les llevó por los collados de Siretas y Pondiellos, donde el terreno, aunque menos técnico, exigía máxima concentración.

El camino fue perdiendo altitud hasta que, finalmente, avistaron el destino final: el Refugio de la Casa de Piedra, en los Baños de Panticosa. Allí esperaban los compañeros del grupo B para celebrar juntos la culminación de la jornada. Un merecido descanso en un entorno idílico que puso el broche de oro a una travesía inolvidabe

                       






Ruta alternativa: Ibones Azules desde Bachimaña

Esta ruta, ideal como plan B, comienza en el refugio de Bachimaña. El equipo parte un poco más tarde que el grupo que sube a los picos del Infierno.

El recorrido bordea el ibón de Bachimaña y continúa hasta los Ibones Azules. Aunque no es una ruta tan exigente como la ascensión a los picos, presenta sus propios desafíos. El terreno de pedregal y el descenso pueden ser duros para las rodillas y los tobillos, por lo que es crucial avanzar con precaución y tomárselo con calma.

La ruta de regreso pasa por el ibón de Arnales y finaliza en la Casa de Piedra. Aquí, el equipo se encontrará con sus compañeros que descienden de los picos, compartiendo el final de una gran jornada montañera.







31 may 2025

II Jornada de Convivencia

 


¡Fin de Semana de Convivencia en Pineta: Aventura y Compañerismo!

Los pasados días 24 y 25 de mayo, nuestro club celebró su segunda jornada de convivencia en un entorno inmejorable: el Refugio de Pineta, enclavado en el impresionante valle que lleva su nombre. Fue un fin de semana lleno de actividades, compañerismo y, sobre todo, mucha montaña.

Sábado: Calentando Motores en el Corazón del Valle


A lo largo del sábado, los participantes fueron llegando escalonadamente al refugio, creando un ambiente de expectación y alegría. Por la mañana, los más impacientes ya estaban calentando motores, explorando los alrededores. Por la tarde, con el equipo ya al completo y una vez instalados, se hizo el reparto de las camisetas conmemorativas, diseñadas especialmente para la ocasión. Fue el momento perfecto para repasar el programa de actividades y compartir risas mientras disfrutábamos de unos refrescos.

Pronto, el llamado de los guardas del refugio nos anunció que la cena estaba lista. ¡Y qué cena! Una rica y abundante comida deleitó nuestros paladares, recargando energías para la jornada siguiente. Después de la velada, tocaba irse a dormir temprano, pues el domingo


prometía ser intenso.

Domingo: Explorando Pineta desde Diferentes Perspectivas

El domingo amaneció con el plan establecido y la energía renovada. Los grupos se organizaron para aprovechar al máximo las maravillas de Pineta:


  • Los "machacas" al Balcón de Pineta:
    El grupo más intrépido se lanzó a la ascensión al Balcón de Pineta, que aún conservaba una buena cantidad de nieve. El esfuerzo valió la pena: las vistas eran simplemente increíbles, abarcando todo el valle en su longitud, cortado por el majestuoso río Cinca, que se nutre del agua de la imponente cascada.
  • Aventura en BTT (con respeto al entorno): Nuestros ciclistas de BTT, conscientes de que nos encontramos en un Parque Natural y de las restricciones para circular en bicicleta en casi la totalidad de los caminos, tuvieron el desafío de buscar rutas alternativas y respetuosas con el entorno. Su objetivo: disfrutar de la bicicleta sin degradar los senderos. ¡Todo un ejemplo de sostenibilidad!

  • Tranquilidad en el bosque mágico: Finalmente, el resto de amigos optó por una opción más relajada y se internó en uno de los innumerables senderos que serpentean por el bosque de hayas y abetos. La presencia de musgo y helechos delataba la humedad y frescura que emana de este lugar, un verdadero refugio y alivio en los días de calor.

A la hora acordada, todos los grupos se reagruparon para disfrutar de una merecida comida en un restaurante reservado para la ocasión. Con las ricas
viandas ya degustadas y el espíritu renovado, dimos por clausurado un fin de semana exitoso, lleno de naturaleza, deporte y el inestimable compañerismo que nos une en el club.
¡Ya estamos deseando que llegue la próxima convivencia!